En la cita, Oihane Pardo, alma matter de la empresa, presentó la familia de prendas que conforman su universo #historiasquesellevanpuestas. En mi caso, presenté un look compuesto por una falda roja, que hacía referencia a una antigua enagua festiva, y un kaiku negro de corte torero con pasamanería dorada (para verlos tendréis que esperar a Flash Moda ;). Todas las prendas son nacidas de procesos de investigación histórica con un twist de diseño.

La guinda de este encuentro fue el avance del nuevo y recién estrenado proyecto de Amarenak, BURUKOAK: la desconocida historia de la curiosa prenda que vestían las mujeres vascas en la Edad Media, un trabajo que apuesta por el crowfunding para su puesta en marcha, tal y como ya hizo con el Kaiku. La convocatoria ya está en marcha, y se pueden realizar distintos tipos de aportaciones a través de la plataforma Goteo. 

El vídeo grabado podrá verse en el Flash Moda de este próximo 24 de octubre, a partir de las 14:00 h, en La 1 de TVE. 

BURUKOAK, símbolo tribal

Al más puro estilo de Katherine Hamnett, Oihane plasma las imágenes de las mujeres medievales con sus tocados en camisetas de algodón (orgánico, por cierto). Debajo de cada dibujo, una leyenda. El objetivo: recuperar la memoria de esta forma de expresión de las mujeres vascas, que fue usada durante casi 300 años, y que la religión y la política derrocaron. El método: usar las camisetas como elemento textil divulgativo. Resultado: la creación de una camiseta con mensaje. Fácil, sencillo y efectivo. Como decía Hamnett, «las camisetas son tribales, alinean personas y causas«. BURUKOAK son el nuevo «Everyone should be a feminist«, pero dicho en euskera medieval, claro.

Modelos: Naiara y Oihane Pardo, de Amarenak
Camisetas prototipo del proyecto BURUKOAK
Fotografía: Izaskun Arana

Tocados, pero no hundidos

El tocado fue, durante muchos siglos, uno de los principales signos de expresión de muchas sociedades europeas. En este caso, gracias a los códices de trajes han quedado recogidas las indumentarias (y sus normas de uso) de las mujeres cántabras de la edad media.

En BURUKOAK, Amarenak ha hecho una recopilación de láminas e imágenes donde aparecen mujeres vascas del medievo, tocadas a la moda de la época, incluso calvas (como era el caso exclusivamente de las vascas).

Los tocados, muchos y diversos, variaban según la región e indicaban distintos aspectos de las mujeres que los llevaban; desde su estatus social, al civil, pasando por su habilidad para la creación. Generalmente altos, de lino o algodón, enrollados como turbantes y particularmente con formas fálicas, fueron condenados en el s. XVII. El declive comenzó cuando el 8 de enero del año 1600, Felipe de Obregón, visitador del Obispo de Pamplona, grababa la siguiente orden condenatoria en el libro parroquial de Lesaka: «se manda a las mujeres que traen tocados con aquellas figuras altas a modo de lo que todo el mundo entiende, hábito indecente, de mujeres honradas, como ellas lo son y de que entren en la iglesia con él por ser figura indecente y escandalosa…«. La orden pedía la retirada de los tocados para entrar en la iglesia. En  varias décadas, la animadversión por ellos se extendería, siendo la Inquisición el poder más recriminatorio.

Si bien fue el principio del fin y si bien es cierto que la oposición y restricción pudo con este complemento tan teatral, estos tocados no llegarían a desaparecer del todo hasta varios siglos después, como así recogieron Larramendi (y más tarde Caro Baroja).

Ambos destacaron la presencia de la «curbicheta», un tocado retorcido claramente reminiscente del original medieval, en el cuadro «Bautizo en Tolosa», de 1827 (Col. Manuel Laborde). Pero lejos quedaba la ferocidad estética de aquellos primeros tocados medievales. Los nuevos tiempos se encargarían de llevarlos al olvido, hasta ahora…

No es la primera vez que un elemento textil se alza como grito de guerra femenino, como lo fue en su día la aparición de los vestidos sin corsé, la minifalda o el bikini. De alguna manera, la moda ha sido siempre para la mujer una herramienta de reivindicación. Proyectos como BURUKOAK nos lo recuerdan.

Bibliografía:

Vascos y Trajes, María Elena de Arizmendi Amiel, Caja de Ahorros Municipal de San Sebastián, Primera edición 1976. Col. Izaskun Arana Pozo.